Más de 200 correos electrónicos, 30
declaraciones y pruebas acerca de más de 20 reuniones que tuvieron lugar
dentro y fuera del país conforman las pruebas de la SIC espera
hallar responsables a cinco empresas por la presunta
conformación de un cartel para controlar los precios de los papeles
suaves o higiénicos, que se utilizan para el aseo personal y del hogar.
Según la Resolución 69518 de la SIC, el acuerdo irregular de precios se habría efectuado bajo dos mecanismos: fijando directamente los márgenes de ganancia y concertando porcentajes de descuento para algunos canales de comercialización.
El cartel se da entre Familia, Kimberly, Drypers, Tecnosur y Tecnoquímicas, Papeles Nacionales y Cartones y Papeles de Risaralda por mas de 15 años. Entre todas manejan el 88 por ciento de la facturación de la línea de ‘suaves’, en la que están el papel higiénico, las servilletas, toallas de cocina y pañuelos para cara y manos. Al año facturan un billón de pesos
El cartel se da entre Familia, Kimberly, Drypers, Tecnosur y Tecnoquímicas, Papeles Nacionales y Cartones y Papeles de Risaralda por mas de 15 años. Entre todas manejan el 88 por ciento de la facturación de la línea de ‘suaves’, en la que están el papel higiénico, las servilletas, toallas de cocina y pañuelos para cara y manos. Al año facturan un billón de pesos
La nueva investigación involucra además a 42 personas, entre altos directivos y exdirectivos que
“al parecer colaboraron, facilitaron, autorizaron, ejecutaron o
toleraron los actos relacionados con la presunta cartelización”, según indica la resolución que ordena la formulación de pliego de cargos.
En esta ocasión también fue clave la
colaboración de tres investigados, al delatar su propia participación y
la de sus presuntos cómplices, a cambio del perdón total o parcial de
las multas, que pueden llegar hasta 61.000 millones de pesos. “Funcionaba
igual que pañales, lo hacía yo con los gerentes de las otras compañías
y, una vez acordábamos un aumento de precio, yo hablaba con la
categoría, ellos hablaban con las categorías, se llamaban, se reunían, y
se definían los precios”, dijo un delator.
Y agregó que a las reuniones algunos llegaban
proponiendo un precio que se quería subir. Sin embargo, sostuvo que la
lista de precios no funcionaba sino como marco de referencia, dado que
en la realidad el cliente final era el que los ponía y por tanto
competían. “Pero ellos llevaban las propuestas, nosotros las discutíamos
y teníamos una propuesta; intentábamos llegar a un acuerdo" concluyó.
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